Los síntomas más frecuentes son la pesadez en las piernas, picor, cansancio, sensación de calambres y piernas inquietas. Estos síntomas se incrementan en épocas más calurosas y se suelen aliviar con la posición de ‘’pies elevados’’, con la marcha y el frío.
Los signos físicos varían desde la presencia de microvarices (arañas vasculares y telangiectasias), hasta la presencia de varices, edemas en las piernas y cambios en la pigmentación en los tobillos, pudiendo aparecer úlceras venosas.