El flujo vaginal y el picor no tienen por qué estar relacionados con hongos
Cuando una mujer presenta flujo vaginal y picor, también llamado prurito, ¡salta la alarma! Ante estos síntomas, muchas veces la reacción inmediata es preocuparse, y en muchos casos, automedicarse. Es común que se recurra a tratamientos anteriores indicados por un médico o ginecólogo, se consulte a amigas o, incluso, se acuda directamente a la farmacia sin consulta previa, donde se recibe un tratamiento para los síntomas, pero sin una evaluación médica adecuada.
Este tipo de automedicación puede no resolver el problema, y en algunos casos, incluso empeorarlo. Tras el uso empírico de medicamentos, la mujer puede no notar mejoría en el flujo vaginal o en el picor, y los síntomas pueden volverse más agresivos. Esto ocurre porque no todas las infecciones vaginales están causadas por hongos. En este artículo de Clínica Imar, expertos en salud reproductiva, explicaremos las principales causas del flujo vaginal y el picor vulvar, y ofreceremos algunas recomendaciones clave para un tratamiento adecuado.
Flujo vaginal: ¿A qué nos referimos?
Antes de comenzar a desarrollar las principales causas, debemos exponer qué es y en que consiste el denominado flujo vaginal y cómo es la combinación de este con el picor vaginal. Cuando hablamos de flujo vaginal, nos referimos a secreciones que pueden presentar las siguiente características:
- Textura: Pueden ser espesas, con una consistencia similar a la pasta, o más líquidas en su apariencia.
- Color: Estas secreciones pueden variar en color, desde ser transparentes o tener un aspecto turbio, hasta incluir tonalidades como el blanco, el amarillo, el verde o incluso tener rastros de sangre.
- Olor: Las secreciones pueden ser inodoras, es decir, no tienen ningún olor perceptible, o por el contrario, pueden tener un olor desagradable y característico.
A veces, el flujo vaginal puede ir acompañado de picor en la vulva o dentro de la vagina. Este picor puede ser indicativo de una afección subyacente o simplemente de una reacción alérgica o irritación. Aunque es tentador ignorar los síntomas si parecen leves, es fundamental prestar atención a cualquier cambio en el flujo, ya que puede ser una señal de infección, alergia o incluso de una alteración en el equilibrio hormonal.
La combinación de secreciones y picor puede ser indicativa de diversas condiciones, como infecciones vaginales, desequilibrios en la flora bacteriana vaginal o reacciones alérgicas. Es fundamental prestar atención a cualquier cambio en el flujo vaginal, su textura, color y olor, así como a la presencia de síntomas como la picazón, ya que estos pueden proporcionar pistas importantes sobre la salud vaginal en general.
Si experimentas secreciones anormales o persistentes, acompañadas de picazón u otros síntomas incómodos, es recomendable buscar atención médica. Un profesional de la salud, como un ginecólogo, puede realizar una evaluación completa y proporcionar el diagnóstico adecuado, así como recomendaciones para el tratamiento y cuidado apropiados.
Picor vaginal: ¿En qué síntomas podemos fijarnos?
El picor vulvar sin infección es una de las principales razones por las que las mujeres buscan atención médica ginecológica. Este síntoma es incómodo y a menudo confuso, lo que lleva a la automedicación, la cual, en muchos casos, empeora la situación. Es esencial que las mujeres entiendan que el picor vulvar sin infección no siempre está relacionado con infecciones por hongos o bacterias, y que hay muchas causas posibles.
Algunos de los síntomas más comunes asociados con el picor vaginal incluyen:
- Escozor en la vagina o en la vulva, que puede empeorar con el calor o la sudoración.
- Sequedad vaginal o ardor, especialmente durante las relaciones sexuales o al orinar.
- Flujo blanco espeso sin olor, lo que podría indicar una candidiasis sin infección bacteriana.
A menudo, el picor vulvar sin infección se debe a irritaciones causadas por el uso de productos de higiene, ropa ajustada o materiales que no permiten que la piel respire. Estos factores externos pueden alterar el pH vaginal y provocar reacciones alérgicas o irritaciones que causan escozor en la vagina.
Es importante tener en cuenta que si estos síntomas persisten o empeoran, es necesario acudir a un especialista para un diagnóstico adecuado.
Flujo vaginal y picor vaginal: Principales causa de origen
Como hemos desarrollado en el apartado anterior, la principal causa que puede producir los síntomas como flujo y picor vaginal es la Candidiasis vaginal. Sin embargo, existen otras razones que pueden derivar en estos síntomas. Una de las principales razones detrás del denominado picor vaginal, o picor genital, son las alteraciones infecciosas. Entre ellas, las más comunes son:
Vaginosis Bacteriana
La vaginosis no se considera una infección en sí misma; más bien, es una disbiosis, un desequilibrio entre los microorganismos en la vagina que resulta en un crecimiento excesivo principalmente de bacterias anaeróbicas. En general, no suele causar inflamación, lo que significa que puede ser asintomática y no es tan frecuentemente responsable del picor como la vulvovaginitis candidiásica (VVC).
La mayoría de las vulvovaginitis candidiásicas (VVC) se deben al hongo conocido como Candida albicans. Aunque aproximadamente el 20-25% de las mujeres en edad premenopáusica pueden ser portadoras asintomáticas de Candida, se estima que alrededor del 75% de las mujeres experimentarán al menos un episodio de vulvovaginitis candidiásica (VVC) en algún momento de sus vidas. Puedes conocer más sobre un tipo de Vaginosis bacteriana accediendo a este enlace.
Uso de antibióticos
Uno de los factores más directamente relacionados con la aparición de episodios de candidiasis vaginal es el uso de antibióticos, particularmente los de amplio espectro, como es el caso de la amoxicilina.
En el caso de mujeres diabéticas, un control metabólico adecuado puede mejorar el pronóstico y reducir la probabilidad de que la vulvovaginitis candidiásica (VVC) se convierta en un problema crónico. Sin embargo, en mujeres sanas, evitar las recurrencias representa un desafío tanto para el profesional de la salud como para la paciente.
Un diagnóstico preciso es de suma importancia para garantizar un tratamiento efectivo. Además, es fundamental mantener el equilibrio del pH vaginal para favorecer la convivencia adecuada de los microorganismos presentes.
Tomar medidas para reducir la ingesta de alimentos ricos en carbohidratos también puede resultar beneficioso, ya que un exceso de azúcar en la orina y las secreciones vaginales puede proporcionar un ambiente propicio para el crecimiento excesivo de hongos.
Atrofia de las mucosas
Una causa común del picor genital es la atrofia de las mucosas. Esta condición puede ser resultado de:
- Enfermedades como el liquen escleroatrófico.
- Procesos de radioterapia.
- Atrofia postmenopáusica, siendo esta la causa más común.
La atrofia postmenopáusica se origina por la disminución de los niveles hormonales, principalmente de estrógenos, que se produce durante la menopausia. Esto provoca un adelgazamiento de los tejidos genitales, que se vuelven pálidos y con menos pliegues al ser examinados. En fases avanzadas, los cambios en la apariencia de los genitales se vuelven notorios, acompañados de una disminución en la elasticidad.
El picor puede manifestarse como uno de los primeros síntomas de la atrofia, estando vinculado a la sequedad vaginal y a la falta de lubricación en respuesta al estímulo sexual. Estos síntomas pueden aparecer incluso durante la perimenopausia, cuando la menstruación aún persiste, pero sin lugar a dudas, constituyen uno de los síntomas más comunes durante la postmenopausia inmediata.
Alergias e irritación
El flujo vaginal anormal y el picor vulvar sin infección también pueden deberse a alergias o irritaciones causadas por productos de uso diario, como geles de ducha, tampones, preservativos o ropa interior sintética. Estos productos pueden contener sustancias químicas que alteran el equilibrio de la flora vaginal y provocan escozor en la vagina.
Para prevenir la irritación, se recomienda optar por productos hipoalergénicos, como ropa interior de algodón, y evitar el uso de jabones perfumados o productos de higiene íntima que contengan colorantes o fragancias. También es recomendable evitar las duchas vaginales, ya que pueden alterar el equilibrio bacteriano y aumentar el riesgo de infecciones.
Dermatitis de contacto y reacciones alérgicas
Algunas mujeres experimentan dermatitis de contacto en la vulva debido al contacto con productos irritantes como desodorantes, detergentes o productos de higiene femenina. Estas reacciones pueden causar picazón, enrojecimiento y, en algunos casos, flujo vaginal anormal. Identificar y evitar los productos que provocan irritación es esencial para prevenir el desarrollo de dermatitis.
Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) como causa de flujo vaginal y picor
Aunque menos comunes que las infecciones bacterianas y fúngicas, algunas infecciones de transmisión sexual (ITS), como la tricomoniasis o la clamidia, también pueden provocar flujo vaginal y picor. Estas infecciones suelen ir acompañadas de otros síntomas como dolor al orinar, secreciones malolientes y, en casos más graves, dolor abdominal. Es importante detectar y tratar a tiempo estas infecciones para evitar complicaciones a largo plazo, como la enfermedad inflamatoria pélvica (EIP), que puede causar infertilidad.
Diagnóstico y tratamiento
Dado que el flujo vaginal y el picor pueden deberse a múltiples causas, desde infecciones fúngicas hasta irritaciones por productos químicos, es esencial realizar un diagnóstico preciso. Esto puede implicar exámenes físicos, cultivos vaginales o pruebas de laboratorio para identificar el tipo de infección o alteración que está afectando la salud vaginal.
El tratamiento dependerá del diagnóstico. En el caso de la Candidiasis vaginal, los antifúngicos tópicos o sistémicos son altamente efectivos. Para las infecciones bacterianas como la vaginosis bacteriana, los antibióticos suelen ser el tratamiento de elección. En casos de irritación por productos, eliminar el uso de los agentes irritantes y usar ropa interior de algodón puede ayudar a aliviar los síntomas.
En todos los casos, evitar la automedicación y acudir a un ginecólogo para obtener un diagnóstico adecuado es fundamental para recibir el tratamiento correcto y evitar complicaciones futuras.
Colores y texturas del flujo vaginal: ¿Qué nos indican?
El flujo vaginal es una secreción normal que cumple funciones esenciales en el sistema reproductor femenino, como la limpieza natural de la vagina y la prevención de infecciones. Sin embargo, su color, textura y cantidad pueden variar a lo largo del ciclo menstrual y en respuesta a diversos factores. Estos cambios pueden ser indicativos de la salud vaginal y, en algunos casos, pueden señalar la presencia de infecciones o desequilibrios. A continuación, detallamos los diferentes colores y texturas del flujo vaginal y qué podrían significar.
Flujo vaginal transparente o blanco
El flujo transparente o blanco es el tipo más común y normal durante la mayor parte del ciclo menstrual. Este tipo de secreción es generalmente acuosa o ligeramente espesa y no tiene un olor fuerte. Aparece especialmente alrededor de la ovulación, cuando el cuerpo libera un óvulo y la producción de moco cervical aumenta para facilitar la fecundación.
- Transparente y acuoso: Es frecuente durante la ovulación, la actividad física intensa o la excitación sexual. Es completamente normal y saludable.
- Blanco y espeso: Antes o después del ciclo menstrual, el flujo puede volverse más espeso y blanco. Mientras no esté acompañado de picor, olor fuerte o molestias, es normal.
El flujo blanco después de la regla es un fenómeno completamente normal en el ciclo menstrual de muchas mujeres. Generalmente, este flujo blanco después de la regla es espeso, cremoso o ligeramente pegajoso, y se debe a los cambios hormonales que ocurren tras la menstruación, especialmente a medida que el cuerpo comienza a prepararse para la ovulación.
Este tipo de flujo blanco después de la regla es un signo de que el organismo está funcionando de manera regular y saludable. Sin embargo, si el flujo blanco después de la regla viene acompañado de un olor fuerte, picor o ardor, podría ser indicativo de una infección, como una candidiasis, por lo que sería recomendable consultar a un especialista para una evaluación adecuada.
Flujo vaginal amarillento o verde
El flujo amarillo o verde puede ser una señal de alerta, ya que suele estar relacionado con infecciones bacterianas o de transmisión sexual.
- Amarillo claro y sin olor: Puede considerarse normal en algunas mujeres, especialmente si ocurre después de la ovulación o debido a ciertos cambios en la dieta.
- Amarillo o verde y espeso con mal olor: Este tipo de flujo es comúnmente un síntoma de una infección, como la vaginosis bacteriana o la tricomoniasis, ITS que puedes conocer en profundidad en este artículo. Además del color, puede haber otros síntomas asociados, como picor, dolor al orinar o malestar durante las relaciones sexuales.
Durante el embarazo, también se puede dar la condición de tener el flujo vaginal amarillento. Si estás interesada en conocer qué indica este color, te recomendamos la lectura de nuestro artículo titulado Flujo embarazo primeras semanas: ¿Cómo es?, disponible en el siguiente enlace.
Flujo vaginal marrón o con manchas de sangre
El flujo marrón puede ser motivo de preocupación para muchas mujeres, pero en realidad puede tener varias explicaciones.
- Marrón o con manchas de sangre: Este tipo de flujo suele ser un signo de sangrado residual después de la menstruación. El color marrón indica que se trata de sangre vieja que el cuerpo está eliminando. Si aparece justo después de la menstruación, es bastante común y no es un motivo de preocupación.
- Marrón o con sangre fuera del ciclo menstrual: Si este tipo de flujo ocurre en otros momentos del ciclo, especialmente acompañado de dolor o molestias, puede ser indicativo de problemas como quistes ováricos, pólipos o incluso infecciones más graves. En casos raros, podría estar relacionado con enfermedades más serias, como el cáncer cervical, por lo que es importante acudir al ginecólogo para una citología.
Es importante comprender la importancia de las pruebas de diagnóstico para prevenir este tipo de enfermedades. En nuestro artículo titulado Citología y ginecología: Todo lo que debes saber (disponible aquí), hacemos una revisión completa de esta técnica.
Flujo vaginal grisáceo
El flujo vaginal de color gris es uno de los signos más comunes de una infección vaginal, como la vaginosis bacteriana. Este tipo de flujo suele estar acompañado de un olor desagradable y puede requerir tratamiento con antibióticos.
Flujo vaginal blanco grumoso
Este tipo de flujo es característico de la Candidiasis vaginal, una infección causada por hongos, principalmente la Candida albicans. El flujo tiene una textura espesa y grumosa, similar al queso cottage, y suele ir acompañado de picor vaginal intenso, ardor y molestias al orinar o durante las relaciones sexuales.
Flujo vaginal rosado
El flujo rosado suele estar relacionado con pequeñas cantidades de sangrado. Puede aparecer después de la menstruación o ser una señal temprana de embarazo conocido como sangrado de implantación, que ocurre cuando el embrión se adhiere a las paredes del útero. En nuestro artículo ¿Cómo es el sangrado de implantación? explicamos en detalle este tipo de sangrado.
Por otro lado, también puede ocurrir después de la ovulación o tras las relaciones sexuales, debido a la irritación del cuello uterino.
¿Qué hacer si presentas flujo vaginal y picor?
Si notas que el color, la textura o el olor de tu flujo vaginal ha cambiado de manera significativa, o si está acompañado de otros síntomas como picor, ardor o dolor, es recomendable acudir a un especialista. Los cambios en el flujo vaginal pueden ser señales de infecciones que requieren tratamiento inmediato, como la vaginosis bacteriana, la tricomoniasis o la Candidiasis.
Es crucial acudir a un profesional de la salud cuando se experimentan cambios en el flujo vaginal que no son habituales, ya que estos pueden ser indicadores de una afección subyacente. Algunas señales de alerta incluyen un aumento significativo en la cantidad de flujo, cambios en el color (como el paso de un flujo blanco a uno amarillo, verdoso o marrón), o la aparición de un olor desagradable y persistente.
Además, si estos cambios van acompañados de picor vulvar, ardor, dolor durante las relaciones sexuales o molestias al orinar, es necesario buscar atención médica para obtener un diagnóstico preciso. Otro signo que requiere una evaluación médica inmediata es la presencia de secreciones con sangre fuera del ciclo menstrual normal, ya que esto podría estar relacionado con infecciones o condiciones más graves. Visitar a un ginecólogo permite detectar a tiempo posibles infecciones vaginales, desequilibrios hormonales, irritaciones por productos químicos o incluso enfermedades de transmisión sexual (ITS). Un diagnóstico temprano es clave para recibir el tratamiento adecuado y evitar que el problema empeore o derive en complicaciones más graves para la salud reproductiva y general.
En Clínica Imar, nos encontramos con muchas mujeres que han sido tratadas con medicamentos antifúngicos o antibióticos sin éxito. En algunos casos, la automedicación ha llevado a una mayor resistencia a los tratamientos convencionales, complicando la recuperación.
Tratamientos y prevención
El tratamiento del flujo vaginal y el picor vulvar dependerá en gran medida de la causa subyacente. Identificar correctamente el origen de los síntomas es crucial para elegir el tratamiento adecuado y evitar recurrencias. Es importante subrayar que la automedicación puede no solo ser ineficaz, sino que en algunos casos puede empeorar la situación al contribuir a la resistencia a medicamentos como los antifúngicos o antibióticos. A continuación, detallamos los tratamientos más comunes y las medidas de prevención recomendadas según cada causa:
Tratamiento para la vaginosis bacteriana
La vaginosis bacteriana se trata habitualmente con antibióticos específicos que restablecen el equilibrio bacteriano en la vagina. Los más utilizados incluyen:
- Metronidazol: Disponible en forma de comprimidos orales o gel vaginal, es uno de los tratamientos más efectivos para la vaginosis bacteriana. Es importante completar el tratamiento incluso si los síntomas mejoran antes de finalizar la dosis prescrita.
- Clindamicina: Otro antibiótico que puede administrarse en forma de crema vaginal o cápsulas. Sin embargo, su uso puede aumentar el riesgo de candidiasis, por lo que debe utilizarse bajo supervisión médica.
En cuanto a la prevención, para evitar recurrencias de la vaginosis bacteriana se recomienda:
- Mantener una buena higiene íntima sin utilizar productos agresivos.
- Evitar el uso de duchas vaginales o productos perfumados, ya que estos pueden alterar la flora vaginal.
- Usar ropa interior de algodón que permita que la piel respire, evitando el uso prolongado de prendas ajustadas o sintéticas.
Tratamiento para la candidiasis
El tratamiento de la candidiasis suele involucrar el uso de antifúngicos. Estos pueden presentarse en diversas formas, como cremas, supositorios u óvulos vaginales, así como medicamentos orales:
- Clotrimazol y Miconazol: Son antifúngicos tópicos que se aplican directamente en la zona afectada y son eficaces para aliviar los síntomas como el picor, la irritación y el flujo blanco espeso asociado con la candidiasis.
- Fluconazol: Es un tratamiento oral que puede ser administrado en casos de infecciones recurrentes o cuando los tratamientos tópicos no han sido efectivos.
Prevención:
- Evitar el uso prolongado de antibióticos de amplio espectro sin supervisión médica, ya que estos pueden eliminar las bacterias saludables que mantienen a raya a la Candida.
- Mantener una dieta baja en azúcares, ya que los altos niveles de glucosa pueden favorecer el crecimiento de hongos en la flora vaginal.
- Usar ropa interior de algodón y evitar prendas húmedas, como trajes de baño o ropa deportiva, por periodos prolongados.
Tratamiento para el picor vulvar sin infección
El picor vulvar sin infección puede deberse a irritaciones o reacciones alérgicas a productos de higiene íntima, ropa o detergentes. En estos casos, el tratamiento suele enfocarse en aliviar los síntomas y eliminar los factores que puedan estar causando la irritación:
- Cremas hidratantes o emolientes: Ayudan a aliviar la sequedad y picor vulvar causados por irritaciones no infecciosas.
- Cremas con corticosteroides de baja potencia: Si el picor es severo, el médico puede recetar una crema de corticosteroides para reducir la inflamación y el escozor.
Prevención:
- Usar productos de higiene íntima sin fragancias ni colorantes, preferentemente con un pH equilibrado para evitar alteraciones en la flora vaginal.
- Lavar la ropa interior con detergentes suaves y evitar el uso de suavizantes que pueden causar irritación.
- Mantener la zona íntima seca y limpia, y evitar productos como desodorantes vaginales o toallitas perfumadas.
Tratamiento de la atrofia vaginal
En casos de atrofia vaginal o sequedad extrema, como ocurre frecuentemente en mujeres postmenopáusicas debido a la disminución de los niveles de estrógeno, se recomiendan los siguientes tratamientos:
- Terapia hormonal local (THL): Las cremas, óvulos o anillos vaginales que contienen estrógenos son efectivos para restaurar la lubricación natural y reducir la sequedad y escozor en la vagina.
- Lubricantes vaginales: El uso de lubricantes a base de agua durante las relaciones sexuales puede ayudar a aliviar las molestias provocadas por la sequedad.
Prevención:
- Mantener relaciones sexuales de forma regular, ya que puede estimular la circulación y mantener los tejidos vaginales sanos.
- Usar humectantes vaginales regularmente para mantener la zona hidratada y prevenir el empeoramiento de los síntomas.
Tratamiento de las infecciones de transmisión sexual (ITS)
Si el flujo vaginal y el picor están asociados con una infección de transmisión sexual (ITS), como la clamidia, gonorrea o tricomoniasis, el tratamiento incluirá antibióticos específicos según la infección diagnosticada:
- Azitromicina o Doxiciclina: Son antibióticos comunes para tratar la clamidia.
- Ceftriaxona: Suele administrarse para tratar la gonorrea.
- Metronidazol: Es el fármaco de elección para la tricomoniasis.
Prevención:
- Usar siempre preservativos durante las relaciones sexuales para reducir el riesgo de ITS.
- Mantener una comunicación abierta con la pareja sobre las pruebas de ITS y el uso de métodos anticonceptivos.
Infecciones vaginales y estadísticas
En uno de los mayores trabajos epidemiológicos realizados en España respecto a este tema se demostró que de todas las mujeres que tenían infecciones vaginales el 30% tenían vaginosis bacteriana ocasionada por Gardnerella (en el 23% como infección única y en el 7% acompañada de Cándida) y el 24% tenían candidiasis vaginal (en el 18% como patología única y en el 6% acompañada de candidiasis). Por su parte, en el 1% de los casos se encontró responsable a la tricomoniasis.
Cada vez es más frecuente encontrar en nuestra consulta diaria pacientes que se han vuelto resistentes a la medicación convencional para hongos y para Gardnerella y nos vemos en la necesidad de recurrir a indicar inclusive medicamentos fabricados con fórmulas magistrales y todo ello se debe a la automedicación.
Muchas veces no se requiere simplemente de dar un antimicótico y/o antibiótico sino de buscar una causa que ocasione propensión para dicho problema teniendo que indicar inclusive probióticos sistémicos o vaginales para recuperar la flora vaginal normal.
Preguntas frecuentes
¿El flujo blanco siempre indica una infección por hongos?
No, el flujo blanco no siempre es sinónimo de infección por hongos. En muchos casos, puede ser una secreción completamente normal que varía a lo largo del ciclo menstrual. Durante ciertas fases del ciclo, como la fase lútea (después de la ovulación) o justo antes de la menstruación, es común que las mujeres experimenten flujo blanco espeso sin olor.
Este tipo de secreción suele ser una señal de que el cuerpo está funcionando correctamente y no necesariamente indica un problema de salud. Sin embargo, si el flujo blanco se acompaña de síntomas como picor, mal olor, ardor o dolor durante las relaciones sexuales, entonces puede ser una señal de una infección, como la candidiasis vaginal.
Por esta razón, es importante estar atenta a otros síntomas asociados y, en caso de duda, consultar a un médico para obtener un diagnóstico preciso y evitar automedicarse, ya que no todo flujo blanco es indicativo de una infección por hongos.
¿Es normal tener flujo gelatinoso en el embarazo?
Sí, el flujo gelatinoso en el embarazo es bastante común y generalmente es inofensivo. Este tipo de secreción puede estar relacionado con los cambios hormonales que el cuerpo experimenta durante la gestación. A medida que el cuello del útero se prepara para el desarrollo del embarazo, la producción de flujo puede aumentar y adquirir una textura más espesa o gelatinosa.
Este flujo gelatinoso puede actuar como una barrera protectora para el útero, impidiendo el paso de bacterias y otros microorganismos. Sin embargo, si el flujo cambia de color, tiene mal olor o está acompañado de otros síntomas como picor o dolor, es importante buscar atención médica, ya que estos pueden ser signos de una infección o complicación.
¿La candidiasis puede presentarse sin picor?
Sí, es posible que la candidiasis sin picor ocurra en algunos casos. Aunque el picor es uno de los síntomas más característicos de esta infección, algunas mujeres pueden experimentar solo flujo blanco espeso o molestias leves sin la presencia de picor.
Esto puede suceder en infecciones leves o cuando la candidiasis no ha progresado lo suficiente para causar irritación significativa. En estos casos, otros síntomas como enrojecimiento, hinchazón o malestar durante las relaciones sexuales pueden estar presentes. Por ello, aunque no haya picor, es importante prestar atención a cambios en el flujo vaginal y buscar orientación médica si se presentan signos de infección para evitar complicaciones mayores o episodios recurrentes.
¿Los hongos pican?
Sí, los hongos pican y causan una sensación muy molesta en la zona vaginal. Cuando una mujer presenta una infección por hongos, uno de los síntomas más comunes es el picor intenso. Este picor puede volverse constante, agravándose con el contacto o la fricción. En la mayoría de los casos, las infecciones vaginales causadas por hongos, como la Candidiasis, generan irritación y enrojecimiento, lo que aumenta aún más la incomodidad.
Es importante destacar que los hongos pican debido a la reacción inflamatoria que provocan en los tejidos afectados. Si bien es tentador rascarse para aliviar la sensación, hacerlo puede empeorar la inflamación. Cuando los hongos pican, lo ideal es acudir al médico para obtener un diagnóstico y tratamiento adecuado.
¿Necesitas visitar a un equipo de profesionales?
Por lo que queremos concluir que cuando se tiene flujo vaginal anormal y picor… no siempre se trata de hongos. No optes por automedicarte, mejor acude a un especialista para que indique el tratamiento ideal. Si tienes cualquier tipo de duda y necesitas asesoramiento, ponte en contacto con nosotros rellenando nuestro formulario web o a través de nuestras redes sociales (Instagram y Facebook). Nuestro equipo de ginecólogos estará encantado de ayudarte.
Clínica Imar, pendientes de tu salud ginecológica.